Sillas
No va de largo, que asistí en una localidad cercana, a una importante gala flamenca.
Quiero destacar que empiezo a percibir el misterio del cante, cuando al llegar al tablao, escenario, o lugar donde se va a realizar la actuación, veo allí, solas, las dos sillas esperando al cantaor y guitarrista respectivamente.
Estas sillas de enea y madera, ocupan un puesto muy importante en el ritual flamenco.
Aquel día en su lugar, me encontré unas de tubo metálico tapizadas en plástico negro.
No sé explicar lo que sentí; solamente que me acerqué a un señor que lo relacioné con la gala y respetuosamente le expuse mis sentimientos.
Educado, asintió, dándome la razón.
Eso fué todo.
He vuelto en dos ocasiones, y allí estaban bellamente colocadas en su sitio, las sillas adecuadas.
Quiero enviarle mi cordial agradecimiento.
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