Hablemos de Flamenco

Gaceta Flamenca. Foro

25 enero 2008

La Generación de Plata

Tengo entre mis manos dos ejemplares del diario "El País", con dos fechas distantes entre sí.
Una, la del domingo 14 de diciembre de 1997; la otra la del sábado 12 de enero del 2008.

Ambas fechas forman un documento digno de tenerse en cuenta. La primera por lo que supone el nacimiento de lo que ha sido la "Generación del 27 ", y la segunda el final de la misma.

El primer ejemplar recoge la crónica de los actos que se celebraban al cumplirse el 70 aniversario de la reunión que el Ateneo de Sevilla ofeció en diciembre de 1927 para reivindicar la figura, algo olvidada, de Luís de Góngora al cumplirse los 300 años de su muerte.

Transcribo algunas líneas de su contenido:

"El grito fué ¡ Viva don Luís !, y lo lanzó un grupo de jóvenes poetas en Sevilla, hace 70 años, para reivindicar la figura de Luís de Góngora, de cuya muerte se cumplían entonces 300 años. Aquella célebre aventura intelectual, que culminó el 16 y 17 de diciembre de 1927 en el Ateneo, fué "el primero y más concreto acto público" (en palabras de Dámaso Alonso) del grupo que se iba a llamar generación del 27".{...}

Entre los muchos actos literarios y artísticos con lo más sobresaliente del mundo intelectual del momento, se mezcló lo popular y festivo, sin poder faltar entre todo ello la representación flamenca, como se vé a continuación:

{...}"Sanchez Mejias organizó en su finca de Pino Montano una delirante fiesta, donde vistió de moros a todos los poetas. A ella acudió el legendario cantaor Manuel Torres, que impresionó a todos los presentes con su cante ceremonial y oscuro y sus sorprendentes y firmes juicios estéticos.

Y temina la crónica diciendo:

Las efemérides tienen el alcance que quiera dárseles. pero no cabe duda de que los días 16 y 17 de diciembre de 1927 deben de señalarse con raya de oro en la historia de la poesía española: presenciaron la primera comparecencia pública de lo que es la gran generación literaria del siglo."{...}

El segundo ejemplar, fecha de enero 2008, muy reciente, nos da a conocer la noticia del fin de esta generación con la muerte de Pepín Bello.
Paso también a transcribir algunos renglones de la misma:

"Pepín Bello no presumía de obra, presumía de amigos. El infatigable escudero de Lorca, Dalí y Buñuel, para muchos alma de la generación del 27 y su gran memoria viva, falleció ayer en Madrid a los 103 años {...}

Se apaga la última voz de toda una corriente literaria."

Los dos diarios juntos, guardan como en un paréntesis, la duración de un grupo rico en el mundo de la literatura y el arte, que han marcado para siempre un espacio en la cultura universal.

13 enero 2008

José Bello Lasierra (1904 - 2008 )

Pepín Bello

Me entero de la muerte de Pepín Bello al leer el bonito calificativo que le da César Antonio Molina, Ministro de Cultura: "El último testigo de la Generación del 27"

Este blog quiere unirse a su despedida.

García Lorca, Dalí, Buñuel...

Amigo inseparable de todos ellos.

Sus valiosos testimonios nos ayudaron a conocerlos mejor.

Literatura y Arte, y entre todos ellos ,como pieza indispensable, él, con su alegría, su gracia y su amistad...

Elsa Fernandez Santos nos lo describe también: " {...}devoto de noches flamencas y toreros, (uno de sus íntimos amigos fué Ignacio Sanchez Mejías {...}"

Fué el primero en llegar a la Residencia de Estudiantes.

Allí a todos los fué recibiendo, y a todos los despidió.

Hoy es él quién ha partido.

Como buén capitán, el último en abandonar la nave.

Adiós, Pepín

Dejas un entrañable recuerdo.

GRACIAS.

11 enero 2008

El Piyayo



Deambulando por las calles de Málaga, el pasado més de octubre, sin buscarla, unicamente por casualidad, me encontré con una placa de cerámica que resaltaba en la fachada de una casa.

Representaba la figura de Rafael Flores Nieto "El Piyayo", cantaor gitano "renegro, reseco y chicuelo", que apoyado en su guitarra formaba un sencillo cuadro. Al pie de dicha placa, y también en carámica, unas letras anunciaban:"La casa del Piyayo".

Hallazgo tan bonito como interesante me llevó a pensar si sería ésta la casa de su nacimiento y primeras andaduras, pero parece ser que no.

Aunque nadie ni nada me informó sobre el particular, y mis pocas horas en la ciudad no daban para más, haciendo indagaciones al llegar a casa pude saber, amén de que era malagueño, cosa que ya sabía, que nació en la calle del Cañaveral del barrio del Perchel.

Si posteriormente vivió allí o no, queda en la incógnita, pero parece ser que esta "casa del Piyayo", hoy es un bar de copas que permanece cerrado por obras.

Las primeras referencias que yo tuve del Piyayo fueron hace años, en mi adolescencia, a través del poema de José Carlos de Luna, que figura en el libro "Las mil mejores poesias de la Lengua Castellana.- Ediciones Ibéricas.-Madrid." Libro muy utilizado en la pedagogía de la época; hoy completado, y por tanto enriquecido, que guardo entre mis libros de cabecera.

El poema dice así:


"¿Tu conoces al "Piyayo"

un viejecillo renegro, reseco y chicuelo;

la mirada de gallo

pendenciero

y hocico de raposo

tiñoso...

que pide limosna por "tangos"

gangosos?

¡A chufla lo toma la gente

a mí me da pena

y me causa un respeto imponente!

Ata a su cuerpo una guitarra,

que chilla como una corneja

y zumba como una chicharra

y tiene arrumacos de vieja

pelleja.

Yo le he visto cantando

babeando

de rabia y de vino,

bailando

con saltos felinos

tocando a zarpazos,

los acordes de un viejo "tangazo".

Y el endeble "Piyayo" jadea,

y suda, y renquea.


Y, a sus contorsiones de ardilla,

hace son la sucia calderilla.

¿A chufla lo toma la gente!

A mí me da pena

y me causa un respeto imponente.

Es su extraño arte

un cepo y su cruz,

su vida y su luz,

su tabaco y su aguardientillo...

y su pan y el de los nietecillos:

"churumbeles" con greñas de alambre

y panzas de sapos,

que aúllan de hambre

tiritando bajo los harapos;

sin madre que lave su roña;

sin padre que "afane,"

porque pena una muerte en Santoña;

sin más sombra que la del abuelo...


¡Poca sombra, porque es tan chicuelo!

En el Altozano

tiene un cuchitril

- ¡a las vigas alcanza la mano! -

y por lumbre y por luz, un candil.

Vacía sus alforjas

- que son sus bolsillos -

bostezando los siete chiquillos,

se agrupan riendo.

Y entre carantoñas les va repartiendo

pan y pescao frito,

con la parsimonia de un antiguo rito:

- ¡Chavales!

¡Pan de flor de harina!...

Mascarlo despasio.

Mejó pan no se come en palasio.

Y este pescaíto, ¿no es ná?

¡sacao uno a uno del fondo der má!

¡Gloria pura é!


Las espinas se comen tambié,

que tó es alimento...


Así..., despasito.

Muy remascaíto.

¡No llores, Manuela!

Tú no pués, porque no tiés muelas.

¡Es tan chiquitita

mi niña bonita!...

Así, despasito.

Muy remascaíto,

migaja a migaja - que dure -,

le van dando fín

a los cinco reales que costó el festín.

Luego, entre guiñapos, durmiendo,

por matar el frío, muy apiñaditos,

la Virgen María contempla al "Piyayo"

riendo.

Y hay un ángel rubio que besa la frente

de cada gitano chiquito

¡A chufla lo toma la gente!...

¡A mí me da pena

y me causa un respeto imponente!"



Al encuentro con la placa, y también metida en el estudio del flamenco, me he planteado con más interés lo que ya hace tiempo se sabe: que quizás estos versos no coresponden al personaje del que hablo al no ajustarse por completo a las caraterísticas de él.

Los amantes del flamenco sabemos con la oscuridad en que nos encontramos al asomarnos a sus orígenes o antigüedad - ya en otras ocasiones lo he comentado -

Nadie podemos enarbolar la bandera de la verdad; hay versiones diversas, y todas dignas de tenerse en cuenta. Únicamente debemos de considerar las fuentes de donde proceden estas opiniones para mejor objetar sobre el particular.

Asi, podemos aceptar como cierto, después de contrastar con eruditos, y ver que casi todos opinan igual, que el Sr. de Luna estaba equivocado. El Piyayo no era tan chicuelo como lo describe, ni tenía los nietecillos de los que habla.

Parece ser que es a otro gitano: José Gavira Navarrete "El Rabúo" al que quiso referirse.

De momento esto es lo que tenemos, y con ello nos quedamos.

Que cada cual opine y aporte sus conocimientos.

Pero eso sí: dediquemos un recuerdo al auténtico "Piyayo", porque si es verdad, que su figura y su cante están entre nosotros con unos tonos tan característicos y personales, que hoy los conocemos como "Cantes del Piyayo".

05 enero 2008

Cante para la noche de Reyes



Los tres Reyes Magos vienen,

guiados por una estrella,

le quieren cantar al niño,

los cánticos de su tierra.


Y nosotros cantaremos,

tocando la pandereta,

también todos nuestros cantes,

para que Jesús se duerma.


La Virgen y San José

junto a nosotros palmean.



(Fotografía: Figuras de las artesanas de los monasterios de Belén. Huesca)