EL DUENDE

Hace unos días, me encontré por la calle a una persona que me insinuó si le podia hablar del duende.

Quedé pensativa, y en silencio regresé a casa.

El duende, ¿Qué es el duende ?, me pregunté a mí misma.

Enseguida me vinieron a la mente tres conceptos distintos.

Antes de nada quise consultar al Diccionario de la R.A.E. y efectivamente, allí estaban los tres tal como yo los había percibido.

El primero de ellos me transladó a mi niñez; entonces, cuando en las casas se buscaba algo y no se encontraba, se mencionaba enseguida al duende: "En esta casa hay un duende". Algunas veces se pluralizaba: "Es que en esta casa hay duendes". El pobre duende se llevaba las culpas de la tal desaparición.

Debo confesar, que no sé si consciente o inconscientemente sigo en la misma tónica y también me acuerdo de él cuando no hallo lo que busco.

El segundo concepto, muy diferente, se refiere a los "elfos", esos seres mágicos de la mitología pagana, a veces juguetones y traviesos, a veces malvados, a veces bonachones, como es la misma naturaleza de la que se encarnan.

Éstos salen mucho mejor librados; no son ese duendecillo ladronzuelo y molesto que se lleva las cosas que no le corresponden. Éste por el contrario, posee el encanto y el don del misterio, que si bien en nuestro pais hemos reparado poco en ellos, si que hay otros lugares como Bretaña, Inglaterra, Irlanda, paises nórdicos, que han tenido y conservan mucho más la tradición, y poseen leyendas y cuentos de una gran belleza.

Cabe decir que también nosotros, de niños, con estos personajillos hemos jugado y soñado y junto con sus compañeras inseparables, las majestuosas hadas, han llenado de ilusión y fantasía nuestra infancia.

Pero como muy bién dice N. Arronswith, " Estos gnomos ahora se han retirado ante el hombre y sus máquinas, y la tarea de reencontrarlos es mucho más dificil".


El tercer concepto es el que conocemos como "el duende del flamenco", que sin duda es al que se refiere la persona interesada en el asunto.

¿Que és el duende del flamenco?. De él han hablado poetas, escritores y filósofos desde épocas remotas.

Goethe lo definió diciendo: "Poder misterioso que todos sienten y ningún filósofo explica"

Sin poder extendernos en muchos razonamientos, tenemos que reconocer, sin duda alguna, la necesidad de él en la vida del flamenco.

Así como el duende del primer concepto es molesto e incontrolable, el del segundo es fascinante y soñador, éste es realmente necesario. O hay duende o no hay flamenco. El duende no se adquiere, el duende se lleva dentro. Se tiene o no se tiene.

Manuel Torre decía: " Tú tienes voz, tú conoces todos los estilos; pero tú no triunfarás nunca, porque tú no tienes duende"

Se cuenta de Pastora Pavón que estando una noche en un colmao con vários personajes importantes, se dió la situación de que ésta cantaba y cantaba sin conseguir emocionar al público, que incluso molesto se lamentaba. Consciente Pastora se bebió de un trago un vaso de cazalla y olvidándose de la ortodoxia del cante se desgarro de tal forma que cambió totalmente la situación; le salió lo que llevaba dentro y apareció el duende, y cantó y triunfó y fué la gran "Niña de los Peines".

Estos duendes del hogar, de la ilusión y del misterio, estos seres invisibles, que unas veces molestan, otras ilusionan, y otras se hacen necesarios, son uno solo, en sus distintas manifestaciones; uno único que juega como quiere con nosotros, sin que podamos escapar de él.

Ante esta situación, creo que lo más acertado a la pregunta de ¿Que es el duende? es responder con la misma pregunta ¿Que és el duende?.